Como otros muchos españoles, soy abonado a dos compañías telefónicas, una por obligación y otra por conveniencia. En el pasado mes de agosto mi compañía X me pasa el recibo mensual. A los pocos días me pasa un nuevo recibo de 11.69 euros. No se me ocurre otra cosa mejor que llamar a la citada compañía X para preguntar a que se debe tal recibo. Ahí empieza mi calvario. Musiquita correspondiente y: â?? Si es un cliente, pulse 1, si no lo es, pulse 2. Si es empresa, pulse 1, si es particular, pulse 2. Si quiere en gallego, pulse 1, en castellano, pulse 2. Espere por favor. Nuestros operadores están ocupados, espere, por favor...â??. Más musiquita y así hasta 22 minutos. Desesperante. Cuelgo y vuelvo a marcar y pulso 2, porque no soy cliente, y pulso 1 porque soy una empresa. Y, ¡Sorpresa!, al momento me cogen el teléfono. Después de jurar en arameo, me explican lo del recibo. Pero uno, que ya estaba muy enfadado, da orden al banco de devolver el recibo para esperar su reclamación.

Lembro ben cando me comunicaron a nova da aparición. Era unha mañá de outubro de 2002. Foi a primeira hora, uns cantos alumnos alporizados e sorprendidos dicíanme todos á vez: ¡profe, profe! ¿viu o barco que hai na Foz?. Ao principio tomeino un pouco á chota, mesmo pasoume, nun intre, polo maxín a luminosa idea dun estraño accidente nocturno. Despois veu a fase de sorpresa e incredulidade. ¡Como a dos rapaces!

En esta vida nunca te acostarás sin ver una cosa más. Así es como pienso dormir hoy despues de lo que me ha ocurrido en la tarde del domingo. Circulaba tranquilamente en mi coche por la zona de Ramalllosa. Como era de costumbre la rotonda y los viales de acceso que allí confluyen estaban colapsados de coches. Cuando despues de una larga espera consigo girar hacia Gondomar, una estruenda sirena retumba en la calle.

Parecía la sirena de una ambulancia. Aminoro la marcha a la vez que intento ver por el retrovisor de donde procede dicho sonido para saber si debo o no apartarme para facilitar el paso...