ValdrÃa con solamente un ejemplo. A lo largo de tres dÃas de noviembre del 79, durante una estancia en Madrid, gastó la bonita suma de 10.800 pesetas en taxis. Para situarnos cabe decir que el sueldo mensual digno de un profesional en aquellos tiempos no pasaba del doble ni mucho menos. O sea, aquel gasto proporcionalmente era una barbaridad.
En la Voz de Galicia se informaba de aquellos dispendios hace un cuarto de siglo afirmando que «no se tiene noticia por aquà de un alcalde que le salga tan caro a su pueblo como el de Baiona».
AsÃ, las facturas aprobadas por la comisión municipal permanente sumaban en total 150.000 pesetas, por algunas comidas y viajes.
Más se apuntaba, y es que los visitantes a Baiona por cuenta del ayuntamiento, no se marchaban generalmente sin una mariscada... que además era servida en el restaurante propiedad del mismÃsimo alcalde.
AsÃ, las facturas aprobadas por la comisión municipal permanente sumaban en total 150.000 pesetas, por algunas comidas y viajes.
Más se apuntaba, y es que los visitantes a Baiona por cuenta del ayuntamiento, no se marchaban generalmente sin una mariscada... que además era servida en el restaurante propiedad del mismÃsimo alcalde.