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A Coca de Sabarís (Baiona)

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"Un extraño y monstruoso animal con cuerpo de dragón y cola de serpiente surgió de la ría y avanzó por tierra firme hasta devorar con sus horribles mandíbulas plagadas de recios colmillos a dos muchachas de la villa, retornando al mar antes de que nadie pudiera impedirlo. Dicen que fue bajo la advocación de Santa Marta que unos valientes caballeros vencieron y dieron muerte al dragón"
En numerosas localidades costeras se repetía la misma leyenda, tan similar a la de San Jorge y el dragón, con la que se llega a entremezclar: el mal encarnado en bestia draconiana cae bajo la advocación del cristianismo. Una tradición que enlaza con la festividad del Corpus Christi, en localidades como Tarascón (Francia) y que derivó en la vecina Redondela en la famosa fiesta de la Coca, recordando la muerte de la bestia a manos de los devotos caballeros.
En Sabarís esta tradición presenta algunas diferencias relevantes con respecto a otros ejemplos. La ermita de Santa Marta junto a la playa del mismo nombre debe su advocación a esta leyenda del dragón vencido, en la misma playa en que el Orlando Furioso rescata a Sabela, la hermosa hija del rey de Galicia, de manos de los infieles. Esto supone un paralelismo evidente de la obra de Ludivico Ariovisto(publicada en 1532) y que supondría una de las fuentes más antigua de la leyenda draconiana en Galicia, donde la tradición aparece enraizada en el S XV con el aporte bibliográfico de la leyenda Dorada (Capítulo CV) que aparece mencionada en numerosas fuentes populares.
Recordemos que la primera mención de la fiesta de la coca en Galicia fue la de 1437 en Ourense, en un texto de disputa entre cofradías acerca del orden de la procesión del Corpus del mismo año, ya que en la ciudad de las burgas existían varias cocas, gestionadas por varios gremios, y que competían entre ellas en apariencia y ostentosidad.
Otro elemento significativo sería la danza de las espadas, recuperada para las fiestas del Corpus en 2016, y que recordaría a los valientes guerreros que bajo la protección de Santa Marta (Y no de la Virgen como se toma en la actualidad como referencia) dieron muerte a la bestia.
En Sabarís era tradición, nos relatan actas del 1595, de que el Gremio de Mareantes tuviera una Cofradía específica, la del Corpo Santo, como comisión de festejos con presupuesto diferenciado. Esta comisión se encargaría, en el día Corpus Christi, de sacar de forma independiente a la procesión religiosa del Corpus a la coca, una representación del dragón (del latín Cocatrix, o sea, cocodrilo, lo que hace más creíble el relato a ojos modernos). Se realizaría la danza de las espadas en honor de San Jorge, matador de dragones en la plaza de la aldea, así como otras danzas de cintas y de damas, estas últimas a cargo del gremio de panaderas.
Este dragón o coca paseaba por la localidad de Sabarís, en una procesión que podría partir bien de la península de Santa Marta, bien del Puente Romano, por ser ambos lugares objeto de cultos paganos a dioses pre romanos, siendo insultado, y vejado el saurio por los vecinos, que le llegaban a tirar objetos o a escupir, hasta llegar a la "plaza vieja" en el centro de la villa.


Existía también la tradición de que la coca fuera cabalgada por una mujer caprichosamente vestida, normalmente seleccionada por su belleza, representando en el imaginario popular a la princesa Sabela, retenida por la bestia, hasta que la bestia fuera vencida por San Jorge, un vecino de la villa elegido y caracterizado para la ocasión. Existe referencia a los 24 reales que uno de los vecinos, en 1595, recibió por su actuación. A San Jorge lo acompañaban sus pares, que realizarían en la ya mencionada plaza vieja la tradicional danza de las espadas, en sometimiento a la monstruosa criatura bajo el poder divino que inspiraría sus almas cristianas.
Siguiendo con la tradición de Redondela, el referente actual más próximo, la coca llegaría al centro de Sabarís desde el agua (Ya dijimos, o bien la desembocadura del río Miño, o bien desde la ensenada de Santa Marta), tomando secuestrada a la dama en su camino. A su llegada a la plaza mayor, haría amago de aproximarse a la Virgen (O bien a la figura de Santa Marta) , siendo ahuyentada por los acólitos de la danza de las espadas, primero, y rematada después por el caballero, quien salvaría a la dama de su secuestro y brindaría los restos del dragón a la patrona victoriosa (la Virgen o Santa Marta, según el caso).
Las fiestas del Corpus se cerraban esa misma tarde con la procesión formal y religiosa, y festividades civiles organizadas por los concejos, como algunas corridas de toros celebradas en la Plaza de Armas de la fortaleza de Monterreal de que se tienen noticias en los anales del antiguo concejo.
Todo este programa de festejos, como ya vimos, tiene un enorme paralelismo con las que se referencian en Redondela, Tui, Noia, Caramiñal, Ribadeo o Cambados, por poner algunos ejemplos.
Existen muchos referentes curiosos de otras localidades que seguramente podrían ser vinculadas a la tradición en Sabarís. Por ejemplo el caso de algunos malandrines que, amparados por el incógnito del disfraz de la coca, aprovechaban el ambiente festivo para aligerar de sus bolsas a los más confiaos vecinos.(Ourense, 1441, Redondela, 1867).
Para nuestro imaginario tomaremos la descripción de una coca de 1867, donde Neira de Cancela nos habla de "un dragón de tela rugosa marrón y con manchas verdes como pintas de un sapo. Viajaba sobre ruedas y con un mecanismo que permitía a su largo cuello moverse de forma sorpresiva, mientras que otros mecanismos batían sus alas, como de murciélago y abrían y cerraban sus fauces amenezadoras".
La desaparición prácticamente total de esta tradición se debió a los decretos de Carlos III en el 1777 y 1780 vetando los "Espectáculos de gigantones y tarascas, que solo serían para aumentar el desorden y distraer o resfriar la Devoción de la Majestad Divina". Los Consistorios gallegos llevaron a cabo la prohibición y los gremios dieron por buena la medida, ya que los liberaba de los gastos asociados a estas festividades que debían sufragar. Como sabemos, solamente en Redondela se mantuvo la tradición de la coca durante el S XIX, y la danza de las espadas fue recuperada en contados municipios costeros, como Baiona, pero bajo otras advocaciones marianas y con un concepto de devoción religiosa muy alejados de su original sentido.
ES curioso que en Baiona se haya mantenido arraigada la presencia de Santa Marta como figura fundamental de la villa, pero no así San Jorge, olvidado en todas las parroquias del entorno. Asimismo, ningún elemento recuerda la presencia de la villa en una obra de enorme referencia como el Orlando Furioso, tanto por la obra en sí como en su obvia influencia del Quijote de Cervantes, quien con su desprecio a las obras de caballería quizá tuviera algo que ver en este olvido.
Los autores que han analizado los restos de esta tradición, fundamentalmente respecto a la documentación histórica de Redondela, Tarascón, Amberes o Betanzos, coinciden en el origen pagano de la ceremonia, relacionando al dragón con algunos dioses paleo cristianos que serían demonizados y vencidos por los caballeros cristianos, santificados. Ludovico Ariovisto sustituiría a los paganos por infieles (esto es, musulmanes) por una contextualización del enemigo religioso, pero sin alterar el concepto simbólico de la tradición: la de la dama salvada por el noble caballero cristiano frente a los enemigos de la Fe. Julio Caro Baroja, entre otros, asumen esta interpretación como neo apocalíptica, enlazando el dragón con el mencionado por San Juan en su Evangelio.
La pervivencia de la danza de las espadas en las fiestas de la Asunción seguramente tengan que ver con el concepto de que la coca en algunas localidades como Monçao o Betanzos, se representaría la justa en San Roque (16 de Agosto), con lo que estaba vinculada a esta dualidad de festivos (15 de agosto, Asunción de la Virgen, 16 de Agosto, san Roque). Aunque extraña que en la proximidad de la festividad de Santa Marta (29 de julio) no existiera también algún referente a la tradición en Baiona, por lo que es posible que la coca de Sabarís saliera en procesión en al menos dos fechas señaladas en el verano, haciendo vibrar uno de los festejos más relevantes y característicos de la población.
Des de el 25 de noviembre del 2005 las fiestas de la tarasca de Tarascón (Francia) han sido proclamadas por la UNESCO como parte del Patrimonio InmateriaL de la Humanidad, e inscritas en el 2008 dentro del conjunto "Gigantes y dragones procesionales de Bélgica y Francia", mientras que la fiesta de la coca de Redondela fue declarada de Interés Turístico Gallego en el 2001. Estos reconocimientos provocaron un gran interés en otras localidades, que en fechas recientes han ido recuperando su tradición olvidada como Monçao (Portugal) o Betanzos, conscientes del potencial cultural y turístico de este tipo de eventos para sus poblaciones. Desde 2003 las celebraciones de la zona hispano portuguesa (Redondela-Monçao) son publicitadas bajo una promoción turística conjunta.

Fuentes:
• Alonso Novoa, Tamara. "Penlas y danza de las espadas". Publicado en Galicia enteira, 2015.
• Arrizabalaga, Mónica. Artículo " La coca de redondela y la reinvención del leviatán gallego". Publicado en ABC, 19/05/2015.
• Carré Alvarellos, Leandro. "Las leyendas tradicionales gallegas". Espasa Calpe.
• Gonzalez Montañés, Julio Artículo: "La coca". Publicado en "Teatro y espectáculos públicos en Galicia". De los orígenes a 1670.
• González Montañés, Julio. Artículo: "La coca o tarasca en Galicia". Publicado en CIAG: Revista oficial de información cultural dedicada al mundo de los gigantes, Nº 14. Marzo 2007.
• Martínez Crespo, José. "El Corpus Christi en Redondela".
• Mouriño, Miguel Anxo. Artículo: "Grazas, Ariosto". Publicado en la revista oficial Instituto de Estudos Miñoranos.