Su Santidad, en el J-M-J, dejó a los jóvenes empapados de fervor y lluvia.
La princesa del cuento también es real... de fantasía.
El colmo del loro de Gregorio es que se la pique un pollo.
El cabreado reparte juego, por la competencia.
Cuento los chistes mejor que yo, y aún lo dice.
Cuando te sienta la digestión es de invitado-a.
Los políticos también sirven para otra cosa, con la lección aprendida.

Social-demócrata, cristiano-progresista... A mí me suena Ronaldo a secas.
El tabaco, como el discurso político, mata. A ver si toman nota.
Físicamente, me duele; en lo espiritual, como a la sociedad.
La investigación sobre el Códice convoca a aportaciones que contemplen todas las hipótesis.
Soy anarquista de derechos. Sólo yo y solo.

Sálvese quien no deba.
Se dice la mujer más feliz del mundo. Y las otras ¿Qué?.
El terrorista emplea balas explosivas, que incluso están prohibidas en los conflictos bélicos.
Choco, mi perro, es un soberbio ejemplar. Yo soy más recatado.
El Partido Republicano USA es como si temiera la reivindicación de Sitting Bull.
Dice el neutro: "No especules".

La guerra civil, tras 75 años, ahora.
El hermetismo egipcio es de una pieza.
El catador de vinos es un sumiller que no lo sabe.
Si plasmásemos la Revolución pendiente, ésta perdería su encanto.
Larga vida para ciertos medios de comunicación: enferman parejos con la sociedad.
Al balón, si lo llamas circunferencia, ya sabes geometríca.

La palabra rebuscada se purifica por el acierto.
El conflicto lingüístico es porque se habla demasiado.
¡Cómo se parece esa criatura a quien fuere su padre!
El bebedor prefiere ahogarse en un vaso de tinto
El cerdo también mata, pero está mejor visto que el tabaco.
Tupper-ware, y déjate de fiambreras.

Claro que puedo autoofenderme. Con mayor motivo.
Las bombas de racimo sí que tienen malaúva.
No es que me deje indiferente. Ni me lo he planteado.
No es que el jefe no sepa. Es que se lo tiene muy callado.
La vanidad es una estupidez como otra cualquiera, como vulgar.