El caladero de Cíes cumple el aniversario del «Prestige» sin recobrar la norm

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Cies_chapapote-063.jpgLos pescadores detectan un descenso de capturas en varias especies, pero no aseguran que se deba al fuel. Los navalleiros trabajan con normalidad; los percebeiros, dos días a la semana.
 Prestige empezó a soltar chapapote el 13 de noviembre del 2002 y seis días después se hundió a 145 millas de las islas Cíes. El caladero del parque nacional vivió ayer el primer aniversario de la tragedia y La Voz comprobó in situ el sentir de la flota. La sensación general es de incertidumbre.

Los marineros volvieron al trabajo hace medio año, salvo los percebeiros y navalleiros que tuvieron que esperar a agosto. Su balance no es el de la Administración, que habla de total normalidad.

José Antonio Tizón y Pablo Villar, patrón mayor de la cofradía de Vigo y gerente de la de Cangas, respectivamente, coincidieron ayer en señalar que se ha producido un descenso de capturas en varias especies. Sobretodo en pulpo, almeja y nécoras. No pueden afirmar taxativamente que se deba al fuel, pero tampoco lo descartan. Hace sólo una semana que los aparejos de cinco barcos aparecieron manchados.

Antonio Rodríguez, mariscador de Cangas, explicaba en plena playa de Rodas, a bordo del Barra Cinco, que los navalleiros son quizá los que están trabajando con más normalidad. Lo hacen de lunes a jueves veintincinco personas en unas diecisiete embarcaciones. El kilo lo están colocando estos días a más de 15 euros.

Los percebeiros no van tan bien. Sólo trabajan dos días a la semana y el mar de fondo se lo impidió ayer. Ha criado mal y son sesenta a cogerlo. Eso sí, el kilo que venden no baja de 42 euros. Figueiras y Cantareira las tienen prohibida.

La incertidumbre general tiene que ver con la previsión científica. Habrá que esperar para ver el daño real. Un año es poco, como demuestran los estudios de otras catástrofes.

Las islas ofrecen una imagen de aparente limpieza
as Cíes parecían ayer unas islas desiertas. Media docena de guardas forestales eran sus únicos y forzosos moradores. El día era gris, pero las playas de las islas lucían hermosas y aparentemente limpias. Incluso la de Figueiras y la pequeña cala rocosa de A Cantareira, que fueron las zonas que recibieron el mayor impacto del chapapote. Hasta hace un mes seguía trabajando una draga en el lugar. La limpieza de las rocas también parece efectiva a simple vista. Medio Ambiente utilizó hidrolimpiadoras con mar de agua a presión para sacarle el negro fuel del Prestige. Otra cosa son los fondos. Es lo que el ojo no ve. Los buzos de la cofradía de Cangas certifican que los de Rodas están limpios. Nadie mejor que ellos para decirlo, que se sumergen a unos ocho metros a pulmón para sacar las ricas navajas de la zona que ellos denominan de Viños. Gonzalo Broullón mostró a los periodistas los preciados moluscos. En una jornada le permiten sacar hasta diez kilos. A los percebeiros, que están convencidos de que en la isla Norte aún hay fuel escondido, cinco kilos. Los navalleiros aún no han ido a la isla Sur. No porque allí sí haya chapapote, que no lo hay. Esa parte no la han trabajado porque «é outro tipo de area, máis dura». De los buzos de la Armada y de los trabajadores de Tragsa ya no queda ni rastro en el archipiélago. Los bares, al no haber clientes, también permanecen cerrados.

Fuente www.lavozdegalicia.es