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La Xunta sube los impuestos y se endeuda tras tres años sin déficit

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La necesidad de reactivar la economía obliga al Ejecutivo gallego a cambiar su política presupuestaria

El Prestige y el pozo sin fondo de la sanidad pública han obligado a José Antonio Orza, conselleiro de Economía, a presentar su presupuesto más revolucionario de los últimos tiempos, al romper con el hasta ahora principio inmutable del déficit cero, que mantenía desde el 2001, y aplicar una subida de impuestos en las gasolinas.

El proyecto de Orzamentos del 2004, presentado ayer por la Xunta en el Parlamento, es expansivo, con un crecimiento del gasto del 8,2%, frente al 5% previsto para el presente ejercicio. La Xunta gastará 7.833,841 millones de euros, que alcanzan los 8.162,675 (1,35 billones de las antiguas pesetas), si se tienen en cuenta los gastos de la deuda, que se computa al margen porque durante el 2003 se hizo una reestructración, para reducir los intereses.

«Belixerancia inversora»

Precisamente, el aumento de la deuda constituye la gran novedad de los 17 tomos entregados ayer por Orza. La Xunta, con la autorización dada por el Gobierno en el Consejo de Política Fiscal, recurrirá a un préstamo de 30 millones para cuadrar sus cuentas y se endeudará en otros 8,9 millones, en forma de compra de acciones, para terminar la autopista Santiago-Ourense. El dinero del crédito se usará para sufragar las inversiones en la Costa da Morte.

La apuesta por el gasto productivo constituye la otra característica diferencial del presupuesto del 2004. Este año la Xunta dedica a inversiones 23,65 de cada 100 pesetas que gasta. En el próximo ejercicio, serán 25 de cada 100. «� un presuposto belixerante», insistió Orza ayer para fijar como grandes objetivos de su batalla el incrementar la convergencia económica con España y Europa, para alcanzar en el 2015 el 90% de la renta per cápita española y el 80% de la europea; mejorar el gasto social y crear 26.000 empleos más de los que desaparezcan. Para ello espera que la economía gallega crezca ocho décimas más que la española, en torno al 3,5%.

Orza tendrá todavía más problemas para confeccionar el presupuesto del 2005, pues ya no dispondrá del margen de crear un nuevo impuesto ni de romper el déficit.