
Su Santidad, en el J-M-J, dejó a los jóvenes empapados de fervor y lluvia.
La princesa del cuento también es real... de fantasía.
El colmo del loro de Gregorio es que se la pique un pollo.
El cabreado reparte juego, por la competencia.
Cuento los chistes mejor que yo, y aún lo dice.
Cuando te sienta la digestión es de invitado-a.
Los políticos también sirven para otra cosa, con la lección aprendida.