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Estás en Nigrán Reúne 10.000 firmas en contra del derribo de su vivienda

Reúne 10.000 firmas en contra del derribo de su vivienda

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Una sentencia dejará en la calle a un hombre de Nigrán, casado, con un hijo y en paro.
El afectado admite que su casa es ilegal, pero solicita clemencia por su mala situación.
Ramón Misa Comesaña ha conseguido ya más de 10.000 firmas de apoyo ante el inminente derribo de su vivienda de la rúa Covas de Prado, en Nigrán. Los tribunales fallaron el pasado mes de julio en favor del vecino de al lado, que lo denunció por haberla construido sin licencia municipal y en una zona afectada por la demarcación de Costas.

Este hombre de 34 años de edad, casado y con un hijo de un año, es consciente de haber cometido una irregularidad urbanística, pero pide clemencia a las autoridades judiciales, dado que actualmente no tiene un trabajo estable y su futuro será incierto cuando se haga efectiva la orden de derribo.

Con el apoyo de su familia y de sus amigos, ha conseguido que su caso tenga un eco social sin precedentes en el Concello de Nigrán. Decenas de carteles colgados por todo el municipio y por el centro de Vigo dan cuenta de su situación.

El pasado 7 de octubre tenía que haberse cumplido la orden de derribo y alrededor de 700 personas se congregaron entonces en la puerta de su vivienda para protestar por la decisión judicial. Afortunadamente para él, el juez anuló dicha orden veinte minutos antes de la hora indicada, atendiendo a una reclamación interpuesta por su abogado. La sentencia iba dirigida contra él, cuando el solar está a nombre de su madre, por lo que piensa que en pocos días quedarán resueltos los defectos de forma y se quedará literalmente en la calle.

Su pesadilla comenzó en el año 95, cuando decidió independizarse y marcharse de la casa en la que convivía con sus padres, abuelos y otros cinco hermanos. Al principio, llegó con una caravana, que provocó la primera denuncia de su vecino, «que me dijo que no quería gitanadas en su barrio». Posteriormente, las denuncias recayeron sobre su vivienda, que comenzó a construir con el consentimiento de las autoridades locales.

«Me dijeron que tirara para adelante y ahora me encuentro desolado, seguramente si en este ayuntamiento hubiera viviendas de protección oficial, la cosa sería distinta», asegura.

Fuente www.lavozdegalicia.es